Está sobradamente justificado que ningún organismo, ni gobierno ni nadie, crea en la anunciada tregua de ETA, conociendo su prolijo y cruento bagaje plagado de asesinatos, extorsiones y engaños respecto a sus falsos armisticios, los cuales sólo han servido para que Interior baje la guardia, mientras que ellos se rearman y perfilan tranquilamente sus asesinos atentados.
Yo tampoco he creído jamás en las ‘ofertas’ de esas bestias terroristas, pero, en esta ocasión tengo la corazonada de que están por la labor. Sea porque están derrotados, porque sus presos se le revuelven, porque se han quedado sin protectores santuarios, o por lo que sea, presiento que ahora van en serio.
Lo cual no quiere decir que se le debe extender una alfombra de terciopelo ni un camino de rosas para que salgan a la palestra de la democracia; ni mucho menos: deben entregar las armas sin ambages y presentar su rendimiento incondicional, además de depurar sus responsabilidades para con la justicia los que debieren, cumpliendo las correspondientes penas carcelarias y de tipo pecuniario.
Total que, en mi opinión, deben someterse sin cortapisas y plenamente a los dictados de la Ley.
Sus aprendices, los secuaces ‘expertos’ en vandalismo callejero (Kaleborroka), también deben desaparecer de la ‘disciplina’ del hampa vascongado-incendiario que asola mobiliario de calles, avenidas y plazas, aterrorizando con sus pavorosas prácticas a todo hijo de vecino inscrito en los cabildos municipales de sus marcados territorios comanches.
Si accediera la ETA a cuanto con legitimidad exige de ellos la Justicia, a lo que más les costaría renunciar, sería a esos pingües ‘emolumentos’ que obtienen extorsionando a empresas y entidades platudas, con cuyo peculio obtienen los medios y el suficiente armamento que les permite asesinar y atentar contra una noble y paciente sociedad, que hace de tripas corazón por no tomarse la justicia por su mano. A la vez, con las cantidades pecuniarias obtenidas de las criminales prácticas, sufragan el inmerecido sustento y los ampulosos vicios que ostentan.
Sale a colación esto último, a raíz de conocer los extorsionadores propósitos que exige la banda del Estado Español, 4 millones de euros anuales, a cambio de asegurarnos la ‘paz’ que ellos nos ofrecen.
Yo tampoco he creído jamás en las ‘ofertas’ de esas bestias terroristas, pero, en esta ocasión tengo la corazonada de que están por la labor. Sea porque están derrotados, porque sus presos se le revuelven, porque se han quedado sin protectores santuarios, o por lo que sea, presiento que ahora van en serio.
Lo cual no quiere decir que se le debe extender una alfombra de terciopelo ni un camino de rosas para que salgan a la palestra de la democracia; ni mucho menos: deben entregar las armas sin ambages y presentar su rendimiento incondicional, además de depurar sus responsabilidades para con la justicia los que debieren, cumpliendo las correspondientes penas carcelarias y de tipo pecuniario.
Total que, en mi opinión, deben someterse sin cortapisas y plenamente a los dictados de la Ley.
Sus aprendices, los secuaces ‘expertos’ en vandalismo callejero (Kaleborroka), también deben desaparecer de la ‘disciplina’ del hampa vascongado-incendiario que asola mobiliario de calles, avenidas y plazas, aterrorizando con sus pavorosas prácticas a todo hijo de vecino inscrito en los cabildos municipales de sus marcados territorios comanches.
Si accediera la ETA a cuanto con legitimidad exige de ellos la Justicia, a lo que más les costaría renunciar, sería a esos pingües ‘emolumentos’ que obtienen extorsionando a empresas y entidades platudas, con cuyo peculio obtienen los medios y el suficiente armamento que les permite asesinar y atentar contra una noble y paciente sociedad, que hace de tripas corazón por no tomarse la justicia por su mano. A la vez, con las cantidades pecuniarias obtenidas de las criminales prácticas, sufragan el inmerecido sustento y los ampulosos vicios que ostentan.
Sale a colación esto último, a raíz de conocer los extorsionadores propósitos que exige la banda del Estado Español, 4 millones de euros anuales, a cambio de asegurarnos la ‘paz’ que ellos nos ofrecen.
Supongo que al respecto harán las cábalas siguientes: “si ha terroristas exóticos, de la malvada alcaida, le dan, a cambio de unos secuestrados, 8 millones de euros, ¿no nos van a dar a nosotros 4 por todo un año sin terrorismo etarra?”
Claro que, ahí la principal culpa, no es de ellos, sino de quien o quienes acceden al chantaje, pagando con millones de las arcas estatales a los terroristas, infligiendo la Ley y pasando por encima de cuantos organismos e instituciones se oponen a tan abominables ejercicios; quebrantando, incluso, los acuerdos europeos e internacionales en este sentido.
Ya lo advirtió EEUU…
Si esos caballeretes mesocráticos y desocupados les gusta practicar este peligroso deporte de caravanas, que apechen ellos con las consecuencias y los gastos, o se dediquen a otro deporte de menor riesgo. Porque, a lo que no hay derecho, es que tengamos que pagarlo los ciudadanos de a pie.
En fin, reitero la corazonada que me susurra, que se avecina la rendición de ETA.
Así sea.
1 comentario:
Yo soy más exceptico, querido Emilio, de esas ratas inmundas no me fiaría nunca. Después de deponer las armas exigirán todos los derechos amparados por las leyes, por que las leyes dan cobijo a mucho malhechor, y serán los nuevos reyes de la politica. No se rinden: se rearman; los cabecillas están viejos y no ven la salida a su politica basura y hacen treguas y la gente, además de la pandilla de gobernantes que hay en el pais, les cree. Las malas hierbas hay que quemarlas para que le semilla crezca y de sus frutos...
Este comentario lo hace un apolitico decepcionado.
Un abrazo.
Publicar un comentario