SOBRE EL MUNDIAL Y LA BANDERA...

A mi el futbol me parece uno de los juegos más inmorales que existen; las astronómicas cantidades que mueve este ‘deporte’: verdaderos bailes de millones de euros invertidos alegremente en fichajes de jugadores, entrenadores, técnicos, seleccionadores, etc. ¡Con la que está cayendo!
Un peculio salido, en su inmensa mayoría, de las grandes masas de aficionados, o mejor dicho, adictos que, por acudir a un estadio a presenciar un encuentro, se lo quitan de la comida de su familia, en ocasiones numerosas, de los cuales, muchos hay recibiendo la mísera y famosa prestación de los cuatrocientos veinte euros mensuales, lo que convierte al ‘deporte rey’ en inductor a la ludopatía.
No tiene otro nombre que ludópata aquél aficionado febricitante, cuyo viciado comportamiento ante el fútbol, es similar al que adoptan sus homólogos en dispendios, adscritos a la modalidad de las máquinas tragaperras, grandes partidas de cartas, de loterías, quinielas, etc. etc.

Además, este deporte posee la deleznable facultad de aglutinar a los individuos más perturbados y violentos de todos los deportes que conozco.
En no pocas ocasiones se ha convertido el estadio en un auténtico campo de batalla, hasta con resultado de muertos, más de una vez, como la afición recordará. Y no escatiman en utilizar fuego real como munición, en sus abominables ‘batallas’, como en el caso de aquélla bengala que acabó en el ojo a una inocente víctima.

Pero, en realidad, no me he puesto ante el teclado ni para criticar las desventuras, ni para loar las excelencias balompédicas, aunque, en virtud a la sinceridad que quiero imprimirle a los textos redactados para el Blog, creo que no debo tratar el asunto pasando por alto lo mucho que tiene de negativo.
El verdadero objetivo del asunto que nos ocupa, es destacar el insólito fenómeno aparecido con el presente Mundial, en función de un asunto patrio tan importante, como ha sido la sorprendente proliferación de la Sagrada Enseña Nacional (nuestra excelsa Bandera), en todas las ciudades españolas, incluyendo varias de la rebelde Cataluña. Actitud y sentimiento patrio, que me ha llenado de euforia y de hondos sentimientos de solidaridad.
Así, aunque haya tenido que ser el fútbol el protagonista de este impulso patriota, es digno de agradecer, por la gesta tan importante que, para la gran mayoría de los españoles, ha constituido.

Como yo hay millones de personas que agradecen este gesto, y lo estábamos esperando y deseando con vehemencia, pues, en el fondo, creo que todos amamos sobremanera a nuestra regia Nación española, y a la Bandera que la representa. Ocurre que, unos porque asociaban sus colores al extinto régimen franquista, y otros por miedo a la reacción de éstos, nadie se atrevía a tremolar nuestra Enseña Nacional. Sólo una estampida social de esta magnitud, ha logrado romper con el maleficio. Espero que el mástil siga dispuesto para un ininterrumpido arriamiento en lo sucesivo. Que no debemos tener miedo a expresar nuestra admiración y nuestro espíritu de patriota español, mediante el reconocimiento y la exhibición de lo más representativo de un Pueblo, que es su bandera.
Tengo noticias de que algún establecimiento ha vendido más de 50.000 unidades.
El presente evento futbolístico favorece la venta masiva de la Insignia, como lógica consecuencia, los precios se abaratan ostensiblemente: En circunstancias normales, una bandera costaba sobre veinte euros; en las circunstancias actuales, hasta por el exiguo importe de un euro pueden conseguirse banderas tipo pancarta.

Tanta ilusión e hilaridad me produjo el insólito hecho de contemplar los colores rojo y gualda ondeando en los balcones y terrazas de las acicaladas calles de mi pueblo, que tomé mi pequeña cámara fotográfica, e inmortalicé cuantas banderas pude, algunas de ellas, repetidas veces, tomando varias perspectivas de las mismas.
Ojalá y sirva de precedente este colectivo impulso patriótico, y no caiga con el tiempo en el injusto olvido, en el cual ha yacido durante decenios. De llevarse a cabo este magnánimo acontecimiento, podría constituir la aparición de un nexo indesmallable, que vincule, de una vez por todas, la dispersión de las Españas.
En países como Francia, Alemania, Inglaterra y, sobre todo Estados Unidos, no tienen empacho en manifestar su orgullo patrio enarbolando su augusta bandera o exponiéndola, sin nuestros prejuicios, en todos los locales y despachos administrativos y, hasta en las oficinas y viviendas particulares.
En España, recuerdo que, hasta en un acto de Estado tan importante, como fue el casamiento del Príncipe de Asturias, apenas se exhibió en las avenidas por donde transcurría la regia comitiva, las banderas correspondientes a una ceremonia de tamaño calado Monárquico – Constitucional.
Del himno, de nuestro poético y bizarro Himno Nacional, de eso, ni siquiera la letra conocemos. Oigo a los jóvenes reunidos en grandes terrazas, jaleando a los jugadores, e intentando balbucear un himno del que desconocen totalmente sus bellas estrofas, permutadas por burdas exclamaciones de ¡huuuu, huuuu, huuuu! …
Por si la presente sirviera para aleccionar a los interesados en su composición, y quisieran hacer uso de su letra para cantarlo,voy a trasladar el referido himno a estas páginas:
Himno nacional de España:
Viva España,
alzad los brazos hijos del pueblo español,
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria que supo seguir sobre el azul del mar,
el caminar del Sol.
Gloria a la Patria que supo seguir sobre el azul del mar,
el caminar del Sol.
Viva España,
los yunques y las ruedas cantan al compás
del himno de la fe.
Viva España,
los yunques y las ruedas cantan al compás,
del himno de la fe.
Juntos con ellos cantemos, de pie,
la vida nueva y fuerte de trabajo y paz.
Juntos con ellos cantemos, de pie,
la vida nueva y fuerte de trabajo y paz.
Viva España,
alzad los brazos hijos del pueblo español,
que vuelve a resurgir.
Viva España,
alzad los brazos hijos del pueblo español,
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria,
que supo seguir sobre el azul del mar,
el caminar del Sol.
Gloria a la Patria
que supo seguir sobre el azul del mar,
el caminar del Sol.
E.V.S.

Postales del fenómeno 'pellejo lleno de aire' en Sudáfrica:

1 comentario:

irene dijo...

Emilio, sin acritud te digo que es de ilusos pensar que en lo sucesivo, el arriamiento que estos días de mundial se hace de nuestra bandera española, se siga haciendo en esta nación. Estos días de mundial, todos se dejan llevar por un fervor enfermizo, enarbolando la bandera que en otras condiciones jamás se atreverían a sacar a la calle porque sentirían que les escuece en las manos y porque aún guardamos muchos miedos y prejuicios no vaya a ser que nos tachen de fachas. En estos días de mundial, en los que los que cobran esos 420 euros se olvidan de que no llegan a fin de mes, y gastan sus últimos cuartos en engalanar sus balcones, en vestir la "camiseta" y en beberse las cervezas que de normal no pueden pagar,pienso igual como tú ¿porqué no estarán tan orgullosos de su bandera cuando termina el mundial? ¿porqué ahora sí son españoles y cuando termine el mundial guardarán esa bandera en el fondo del cajón hasta una próxima vez? Y la respuesta es la de siempre, mientras haya tontos habrá listos, mientras unos se hayan forrado con este mundial, al término de todo, los pobres seguirán siendo un poquito más pobres todavía.....pero hete ahí el dilema.....mientras más conozco al ser humano, más aprecio a mi perro.......