L I B E L O

D E S P U É S D E T O D O …

Puse mi hacienda a tu nombre;
puse a tu nombre mi vida…;
tú parecías complacida,
yo era todo un feliz hombre…
Luego, aconteció tu huida…
II
¡Me sentí desesperado!
Quise vengar mi homicidio,
¡porque me hubiste matado!,
buscando tu domicilio
con un odio despiadado,
III
para, en forma de granada,
incrustarte este libelo,
esta explosiva andanada
de versos, bajo tu pelo:
en tu cabeza enconada.
IV
Pero nunca pude hallarte;
y ahora mediante este medio,
te lo envío a cualquier parte
donde pueda estar tu predio…,
¡PORQUE NO PUEDO OLVIDARTE!

Emilio Vázquez. Julio de 2014.

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