VILLANCICO DEL PORTAL

                      
José, si amainara luego,
con los tueros del nogal
atiza  y aviva el fuego

que se caliente El Portal
para que no pase frío
y duerma bien El Chaval;

mientras, lavaré en el río,
tu sayal verde de lino
y los pañales del Crío.

Aparéjame el pollino
mientras vuelvo de lavar
para acercarme al molino,

que allí tengo que comprar
afrecho, maíz y harina,
 pues tengo que fabricar

el pienso de las gallinas,
que pongan  huevos bastantes
con  yemas y claras finas;

con ellas haré abundantes
pasteles muy suculentos,
y, con un café humeante,

celebramos el evento
alegre al haber nacido
nuestro Niño en el Adviento.

-Qué pronto lo has decidido
todo, mi Virgen María.
Mas, ¿Qué hago con los pedidos?

¿Cierro la carpintería?
Pues buscar después faena
no es ninguna tontería.

-No me hagas, Pepe, una escena,
porque quiera celebrar
contigo la Nochebuena.

Además, está al llegar,
-me lo ha dicho aquel lucero
que nos condujo a este lar-

un rebaño de corderos
que conducen seis pastores
que traen pieles y panderos

para que el Niño no llore;
y vienen a darte ovejas
y a ayudarte en tus labores.

¡Yo no sé por qué te quejas!
-Pero, yo no quiero tanto…
-Lo que no quieras lo dejas

para que duerma Ése Santo
caliente en las noches frías.
¿No oyes de noche su llanto?

-Bueno, bien, vale, María;
pero que esta decisión
ha sido tuya, no mía.

La acepto con sumisión;
mas, como soy tu marido,
te pondré una condición.

-¿Qué condición es, querido?
-Repartir el aguinaldo
entre los desprotegidos.

1 comentario:

Flamenco Rojo dijo...

Emilio, yo no soy curioso, pero...¿llegó José a cerrar la carpintería o la traspasó?

Felices Fiestas!!!

Un abrazo.

Pd.- He intentado ponerle música a los villancicos, pero no me sale...ya me dirás el tono cuando nos veamos.