Ya lo dije en otra ocasión: “¡sieeempre comiendo! Todo lo celebramos con el estómago.”
Heme aquí de nuevo en medio de mis voraces compañeros de la Asociación, empleados en las ingestas trimestrales que ya están adquiriendo el rango de tradicionales.
En esta ocasión se ha decantado la directiva por celebrar la comilona en el restorán “Los Nogales”. Igual de abundante el menú que en los restaurantes anteriores; pero la diferencia de éste destaca de los demás en el mobiliario: sobre todo las sillas son de una elaboración artística exquisita. Y si contemplamos el artesonado del techo, podemos contraer tortícolis, porque es magnífica su elaboración, y uno no se cansa de mirarlo.
A uno de los sonrientes ventanales del salón donde se celebra el banquete se asoma un vigoroso pinsapo (Abies pinsapo BOISS), que hace de ese espacio todo un cuadro natural. No dejé de deleitarme en silencio contemplando esa reliquia milenaria durante todo el tiempo que duró el banquete, pues es una especie muy difícil de conseguir que prospere en zonas de valles o templadas. Pertenece a una especie endémica de la alta Sierra del Pinar, la Sierra de las Nieves y otras alpinas de la baja Bética…
Al final del festín culinario comenzaron a oírse en la terraza exterior del recinto los compases del ‘Barri’, (ignoro si es su verdadero apellido o si es un sobrenombre si se trata de lo último, le pido perdón). Total, es el mismo solista que ameniza siempre nuestras comidas y casi todos los demás bailongos que se celebran en nuestra localidad de El Bosque. Cierto es que yo entiendo poco de música, pero este chico hace las delicias de mis oídos, tal vez porque entona mis ritmos contemporáneos, y me arranca una agridulce melancolía que me hace sentir retrotraído a la época dorada de los 60-70.
Bien, abajo he inmortalizado a los comensales, para que disfruten del recuerdo siempre que se dignen abrir las portadas de mi modesto Blog.
Hasta siempre, amigos.
1 comentario:
Muchas caras conocidas y casi todas no pueden disimular que pertenecen a una Asociación Gastronómica...Hay alguna excepción como la del autor de este post y la de su buen amigo ARO, que seguro gustan del buen yantar pero saben cuidarse la línea.
Un abrazo.
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