Me complazco guardar un sugerente recuerdo en mi Blog de esos bonitos paseos cotidianos que practicamos Mateo y yo con su formidable perro, Tomi, bordeando el río, en el que, a pesar de lo avanzado del otoño, cada mañana se baña varias veces, zambulléndose como una experta nutria, ladrando de placer, que no por complacer, aunque sí hay mucho de ello también, pues en cada zambullida le devuelve, agitando el rabo, el palo previamente lanzado al líquido elemento por su propietario, en forma de sumisión, que es la manera en que demuestra el mejor amigo del hombre su agradecimiento a sus propietarios, y a cuantos le dan la oportunidad de participar en juegos caninos que les proporcionan ese gozo que los vuelve locos de alegría.
Vaya la presente, breve ‘prosografía’ a este bello animalito que aparece en la foto de la parte superior de lo escrito.
Vaya la presente, breve ‘prosografía’ a este bello animalito que aparece en la foto de la parte superior de lo escrito.
1 comentario:
Es el perro más lambrijo que conozco.
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