Panegírico a la extraordinaria maestra, Anabel


Si queda alguna docente
que a la enseñanza sea fiel
del modo más vehemente,
ésa se llama ANABEL.

El nivel que han conseguido
los alumnos de su clase
se consigue sólo a base
de un esfuerzo desmedido.

¡Eso sí que es vocación,
constancia, inmenso cariño
y una sobreobligación:
entregarse así a ‘sus’ niños!

Los discípulos la adoran
más que a sus madres incluso;
por lo cual ya todos lloran
porque se termina el curso.

Curso 2008-2009

E.V.S.




1 comentario:

ARO dijo...

Muy bonito. La maestra enmarcará esta poesía en un cuadro.