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N A V I D A D 2 0 1 2 -- 1 3


Me resulta delusorio este año transmitir  los buenos deseos, como hago cada año, desde éste humilde Blog a mis amables seguidores en los días previos a la Navidad, toda vez que el sombrío panorama nacional e internacional me llena  de tanta aflicción, que una inmarcesible abulia embarga toda mi  inventiva, haciendo de mi cerebro un páramo yermo, sin capacidad para la germinación de nuevos argumentos y conceptos que llevar a los textos desde mi atribulada pluma:

La desoladora huelga general; las alienantes manifestaciones de los insumisos; las inicuas actuaciones de los separatistas catalanes; la interesada huelga de los jueces oportunistas; esa inmensa ‘marea blanca’ que no sabe a dónde se dirige ni lo que desea –bueno, sí lo sabe: pretenden perpetuar sus privilegios y sus ostentosos emolumentos-; los recortes infames que nos están llevando a una inminente asfixia económica, de la que ya sentimos  síntomas de disnea los jubilados; la aterradora cifra de los SEIS MILLONES DE PARADOS, a la cual nos acercamos vertiginosamente; todas las nefastas consecuencias que nos está acarreando esta imperecedera crisis que nos azota y, sobre todo, a los más débiles, en cuyos estratos, ya hay miles de personas pasando auténtica hambre y son objeto de desahucios, cuyo efecto,  ha producido tristes desenlaces que han llevado a la tumba a varios interfectos; las guerras fraticidas surgidas en Oriente Próximo, de las que nos ofrecen escenas de verdadero pavor, todos los medios televisivos; y ese asesinato abominable perpetrado en Connecticut (EEUU), por un perturbado, como consecuencia directa de la palmaria facilidad con que se consiguen allí cualquier tipo de armas de fuego. 
A todo  esto, una torpe irrupción del Papa en el panorama católico, viene a decir que: “En el Portal de Belén sobran la mula, la estrella y el buey.”
¡Menudo descubrimiento! A mi al menos me ha servido de fuente de inspiración para componer algunos villancicos que expondré a continuación.
Ante estos  aciagos hechos instalados en la realidad actual, sólo se me ocurre felicitaros cantando, como antes he sugerido, con unos villancicos de mi autoría que nos reconforten un poco durante estas calendas, nos alegren el corazón y, para rescatar, en la medida que resulte posible, el tan depauperado espíritu navideño.
Así que, ahí van, y disfrútenlos:





F E L I C I D A D E S




1 comentario:

Flamenco Rojo dijo...

Feliz Año Nuevo...mis felicitaciones por los villancicos...en cuanto a lo de la "marea blanca" (ya sabes que no soy médico) ya hablaremos en El Tabanco al abrigo de un tinto.

Abrazos.

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