G L O R I A A L N I Ñ O D A V I D C Á M A R A A R D I L A
Mi querida nieta Aitana le ha brindado un particular homenaje a David, un amigo que fue y compañero de clase, hasta que una maldita enfermedad acabara con su impúber vida, no sin antes librar una larga lucha desigual, en la que estaba anunciada su trágica derrota.
Contaba –si mal no recuerdo- once tiernos añitos; once años de una flor eclosionando que se han convertido en un siglo de dolor insoportable para sus seres queridos.
El vacío y la consternación que ha dejado en todo el colegio Albarracín está resultando inasumible para sus compañeros y profesorado, quienes, en cada ocasión que observan su pupitre, advierten ese gran vacío, esa terrible ausencia que les genera un gran nudo en la garganta y no pocas perladas lágrimas que ruedan mejilla abajo, en los adolescentes rostros de su clase.
Entonces, los libros en que estudiaba ése ángel desafortunado, pasaron como material de estudio a mi Aitana, no sé por qué procedimiento. De ahí el brindis que ella le hace mediante una sencilla carta a la que dio sentida lectura en el acto de la fiesta de Fin de Curso, y que, a continuación adjunto, a modo, también, de homenaje que le hace quien suscribe, al tristemente fallecido, David, que en paz descanse:
DEDICADO A LA MEMORIA DE DAVID CÁMARA ARDILA
Quiero dedicar mis notas a nuestro amigo David, que nos dejó muy tristes cuando se nos fue a la Gloria para siempre, ya que he tenido la suerte de que me tocasen los libros en los que nuestro querido amigo estudiaba.
Siempre que terminaba de hacer alguna actividad, giraba el libro para leer una y otra vez en la contraportada, su nombre, diciéndome a mí misma que me sentía muy afortunada de tener la gran suerte de poseer dichos libros, a la vez que entraba en una profunda tristeza.
Mis compañeros me felicitaban por ponerle tanto interés y cariño a su recuerdo; algunos hasta me preguntaban si era familia. Yo les respondía que no, pero que he sufrido un caso parecido, cuando murió mi inolvidable prima, María de los Ángeles Velasco, lo cual me produjo una gran pena, que todavía llevo dentro.
Desde entonces se instaló una idea en mi cabeza: Estudiar mucho, mucho, hasta llegar a hacerme una buena investigadora en medicina, especializarme en ese tipo de enfermedades y dedicar mi vida y mi carrera a intentar salvar todas las vidas posibles afectadas de esta enfermedad.
El Bosque, 20 de junio, de 2011. Aitana Arenas Vázquez
Quiero dedicar mis notas a nuestro amigo David, que nos dejó muy tristes cuando se nos fue a la Gloria para siempre, ya que he tenido la suerte de que me tocasen los libros en los que nuestro querido amigo estudiaba.
Siempre que terminaba de hacer alguna actividad, giraba el libro para leer una y otra vez en la contraportada, su nombre, diciéndome a mí misma que me sentía muy afortunada de tener la gran suerte de poseer dichos libros, a la vez que entraba en una profunda tristeza.
Mis compañeros me felicitaban por ponerle tanto interés y cariño a su recuerdo; algunos hasta me preguntaban si era familia. Yo les respondía que no, pero que he sufrido un caso parecido, cuando murió mi inolvidable prima, María de los Ángeles Velasco, lo cual me produjo una gran pena, que todavía llevo dentro.
Desde entonces se instaló una idea en mi cabeza: Estudiar mucho, mucho, hasta llegar a hacerme una buena investigadora en medicina, especializarme en ese tipo de enfermedades y dedicar mi vida y mi carrera a intentar salvar todas las vidas posibles afectadas de esta enfermedad.
El Bosque, 20 de junio, de 2011. Aitana Arenas Vázquez
1 comentario:
Un gran gesto de la pequeña Aitana...De tal palo tal astilla.
Un abrazo.
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