El mundo está plagado de individuos con una imaginación febricitante y luciferina, en mi opinión causado por el trastorno neuronal que aparece en éstos cuando, la mezcla de elementos bioquímicos como la testosterona y los estrógenos, resulta alterada por un desequilibrio congénito, patología, muy conocida y común en estos tiempos de crisis de valores, cuyos afectados alardean y presumen del síndrome en cuestión, cual si padecieran el conocido ‘Síndrome de Estocolmo’.
Saco el tema a colación tras visualizar en un vídeo de televisión (creo que de la primera cadena), donde unos ‘afectados’ exponen unas imágenes en un desfile de modas, el día 24-2-2010, en el que aparecen sobre una pasarela unas siniestras figuras ocultando la cara tras un tenebroso pasamontañas al más puro estilo terrorista.
Para mí, esa “genial” excentricidad es comparable a ‘mencionar la cuerda en la casa del ahorcado’, considerando los numerosos episodios de asesinatos terroristas cometidos por criminales recalcitrantes que ocultan su porcino rostro con la cobarde prenda.
Antaño estaban prohibidas esas burdas prácticas con mucha razón bajo mi punto de vista, porque la experiencia en ese sentido, nos habla de los muchos delitos cometidos al socaire de mascaras y antifaces.
En un gran tumulto carnavalero, por ejemplo, ¿quien es capaz de identificar a un individuo que cometa una fechoría enmascarado y, raudo, se camufle entre la multitud deshaciéndose del ‘punible’ antifaz?
Pincha sobre las fotos si quieres ver más grandes los 'modelitos'
No hay comentarios:
Publicar un comentario