PEDRO Y SU HERMANO EL DUQUE DE OSUNA

El interés que puede suscitar la página que a continuación se reproduce, es motivada porque, a pesar de que nuestro duque no pisara jamás lares bosqueños, a él le debemos sin duda los nativos nuestra presencia en estas tierras segregadas de LAS SIETE VILLAS.

Pedro de Alcántara Tellez Girón y Beaufort (1810-1844), XI Duque de Osuna, Conde de Benavente y XIV Duque del Infantado, sobrino-nieto del XIII Duque del Infantado, tuvo el título tres años, muriendo de repente y sin haberse casado.
La sucesión pasó a su hermano, Mariano Téllez Girón y Beaufort Spontin (1814-1882), que sería el XV Duque del Infantado y a su vez XII Duque de Osuna, aunque fuera conocido por este último título. Nacido en Madrid, en las Vistillas, tuvo miopía y gustaba de la ópera y de tocar el órgano. Fue militar, diplomático y Caballero del Toisón de Oro. Su primer puesto como cadete fue acompañar al cadaver de Fernando VII, interviniendo en el bando Isabelino en la primera guerra Carlista y recibiendo en el campo de batalla la Gran Cruz Laureada (1837).
A la muerte de su hermano empezó una vida de lujo sin medida. Embajador en la coronación de la reina Victoria de Inglaterra, fue diputado (1844), senador (1845), Mariscal de Campo (1852), Presidente del Senado (1853), embajador en Paris en la boda de Napoleón III y Eugenia de Montijo (1853) y luego embajador extraordinario en San Peterburgo (Rusia) de 1856 a 1862, consiguiendo se reanudasen las relaciones diplomáticas rotas a la muerte de Fernando VII (Rusia apoyó al candidato absolutista carlista).
Fueron famosas las fastuosas fiestas que daba en la embajada española (en la tradición empezada en Roma por el segundo Conde de Tendilla y del Virrey Osuna, protector de Quevedo, en Nápoles) pagadas de su propio bolsillo y a las que asistían toda la nobleza rusa y los propios zares. Se cuenta que hacía traer flores frescas desde Valencia en tren, los caballos de sus invitados abrevaban en cubos de champaña y que en una fiesta ante el zar hizo poner vajilla de oro y cada vez que estaba sucia la hacía arrojar por sus criados al río Neva (pero no tuvo la precaución de poner redes como el segundo Conde de Tendilla en Roma). Compró el mejor caballo de raza del Príncipe Orloff para ponerle a mover una noria en su patio.
En Madrid se decía "Ni que fuera Osuna" cuando alguien realizaba gastos excesivos. Sólo se ponía sus lujosos trajes el día de su estreno, y se cambiaba de ropa varias veces al día. Al final de su vida residía fuera de España, visitando balnearios o en su lujoso palacio de Beauraing (Bélgica). En 1881 sería el representante español en la boda del futuro kaiser Guillermo II.
Para pagar sus fastos llegó a sacar en subasta parte de sus bienes. En suma, logró en 38 años arruinar la fortuna más importante de España (inicialmente sus bienes le proporcionaban una renta anual de cinco millones de reales), lo cual se tenía por imposible, y acabó llenandose de deudas. No era jugador, simplemente usaba su dinero a su capricho y como creía que correspondí a su rango nobiliario. Cuando murió (con el rango de teniente general) sus acreedores cayeron "como buitres" sobre sus bienes, comenzando una serie de pleitos y subastas interminables sobre los palacios, joyas, cuadros, etc que constituían su herencia. Murió sin descendencia. La Biblioteca de los Duques del Infantado (iniciada por el Marqués de Santillana) unida la de los Condes de Benavente (que pertenecía por matrimonio a los Osuna desde el siglo XVIII) y otros libros de los Duques de Osuna fueron compradas en 1886 por el Estado pasando a formar la parte de la Biblioteca Nacional. La mayor parte de sus cuadros y colecciones se vendieron y dispersaron en 1896.
Aunque se casara con la bella y joven (24 años) princesa María Leonor de Salm-Salm en 1866 no tuvo, hijos. El Ducado del Infantado pasaría a su sobrino Andrés (los Valmediano), el de Lerma a los Fernández de Córdoba y el de Osuna a su primo Tirso Téllez-Girón. Manuel de Tolego, hijo natural del XIII Duque del Infantado, había logrado en vida de Osuna el Ducado de Pastrana y otros títulos. Leonor, viuda, se casa en 1885 con el Duque de Croy-Dülmen y, al poco, un sospechoso incendio destruye el palacio de Beauraing con su contenido.

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